Las vidas de los negros importan y el poder Los acontecimientos de los últimos años, incluido el asesinato de George Floyd y Breonna Taylor en los Estados Unidos, han aumentado el respaldo del movimiento “Las vidas de los negros importan” “Black Lives Matter (BLM) movimiento creado en 2013 por tres coordinadores de la Comunidad Negra , Alicia Garza, Patrisse Cullors, y Opal Tometi (Black Lives Matter, 2013). Desde su fundación, el movimiento se ha expandido al Black Lives Matter Global Network, con activismo de base patrocinado en Canadá y el Reino Unido. El centro de sus esfuerzos es su trabajo para "... erradicar la supremacía blanca y construir el poder local...". El movimiento no se centra en un líder de alto perfil, sino que busca aprovechar el poder de una comunidad. La centralidad del poder en su misión es emblemática de la visión cada vez mayor entre los activistas y otros, de que el movimiento hacia una mayor equidad y justicia social en una comunidad... en una sociedad... requiere la acumulación equitativa de poder y la aplicación de ese poder para influir en las acciones, creencias o conducta de otros. Obviamente, el poder se puede usar para promover objetivos de justicia y equidad, pero también se puede usar para perseguir la opresión de otros y las restricciones a la distribución justa de los recursos y el refuerzo de las desigualdades. Raza y racismo en los EEUU Los individuos, grupos o comunidades pueden obtener o heredar la capacidad de influir en creencias y acciones, así como implementar leyes, políticas y prácticas específicas. Esto es el “poder”. Ppor ejemplo, la esclavitud en los Estados Unidos se caracterizaba por el uso del poder por parte de los estadounidenses blancos para crear leyes, políticas y prácticas arraigadas que mantuvieron un sistema de inequidad racial y supremacía blanca. Ese poder creó y reforzó prácticas que impedían que los negros pudieran decidir dónde y con quién podían vivir, sobre la relación y el cuidado de sus hijos, e incluso los términos de sus condiciones de trabajo (Life on a Southern Plantation, 1854, s.f., Schermerhorn , 2018). Propietarios de plantaciones, comerciantes, policías, políticos e “investigadores” promulgaron conceptos pseudocientíficos de la inhumanidad de los negros como un medio para ayudar a solidificar la supremacía blanca. Se creía que los negros tenían una piel más gruesa, terminaciones nerviosas menos sensibles y la propensión inherente a querer huir de la plantación donde estaban esclavizados (BenCheikh et al., 2021). Persisten aspectos sutiles pero poderosos de esta pseudociencia hasta hoy en EE. UU. (Trawalter y Hoffman, 2015). El final ofocial de la esclavitud de los negros en los EE. UU. en 1865 marcó la relajación de algunas de las leyes abierta y explícitamente racistas y restrictivas, pero hizo poco para distribuir equitativamente los recursos o el poder. La propuesta del presidente Lincoln de distribuir 400.000 acres a las familias negras, como reparación parcial por su esclavitud forzada, fue rechazada por el presidente Johnson, que fue su sucesor (Oubre, 1978). Uno solo puede especular cómo esta asignación, si hubiera ocurrido, podría haber impactado la transferencia de riqueza generacional entre las