Aunque la pandemia de COVID-19 ya no ocupe los titulares, el sector sanitario y social del Reino Unido sigue sufriendo importantes presiones. Dentro de la odontología, una profesión asociada desde hace mucho tiempo a la mala salud mental, los profesionales de la salud siguen sintiendo una importante presión en términos de condiciones de trabajo y presiones financieras. Además, ahora se enfrentan a un grave retraso en la atención rutinaria de los pacientes del NHS. En los años que precedieron a la pandemia aumentaron las pruebas sobre la prevalencia de los problemas de salud mental entre los dentistas, identificando altos niveles de agotamiento (agotamiento emocional, despersonalización y reducción de la realización personal) y un creciente estrés laboral, especialmente en torno a los litigios y la regulación, siendo los dentistas generales los más afectados (Plessas et al., 2021). En los últimos dos años ha aparecido más literatura que informa del impacto de la pandemia mundial en el estrés, la ansiedad y el agotamiento en la odontología. Los estudios internacionales muestran una mayor angustia psicológica asociada a los temores de contraer el COVID-19 por parte de los pacientes, la ansiedad por transmitir el virus a los miembros de la familia, y los altos niveles de preocupación por la viabilidad financiera de la práctica dental y el futuro profesional (Consolo et al., 2020; Kamran et al., 2021; Shacham et al., 2020). Más cerca de casa, "CAREER", un proyecto de investigación establecido durante los primeros meses de la pandemia en Escocia, aplicó un enfoque longitudinal para comprender el efecto de la pandemia en la ansiedad, la incertidumbre y la preparación de los que trabajan en equipos odontológicos de atención primaria (SDPBRN, 2022). Uno de los objetivos principales del proyecto era abordar el considerable vacío de investigación en relación con los profesionales de la atención odontológica (DCP, del inglés dental care professionals) y la salud mental. Por lo tanto, se recopilaron datos de todo el equipo clínico, incluyendo enfermeras dentales, higienistas, terapeutas y ortodoncistas, así como de aquellos en programas de formación de todos los grupos profesionales. En la línea de base, el 27% de los participantes notificaron síntomas depresivos (en comparación con el 18% en una cohorte basada en la población en condiciones normales) y el 55% experimentaba agotamiento emocional (Humphris et al., 2021). Los diarios semanales completados por un subconjunto de la muestra mostraron, de media, un deterioro del 25% en el bienestar entre julio y diciembre de 2020) (Freeman et al., 2021). Preocupantemente, una encuesta realizada a principios de 2021 reveló que tres cuartas partes de los dentistas de Gales habían ido a trabajar a pesar de no sentirse lo suficientemente bien mentalmente (Owen et al., 2022). En otros lugares, el 65% de las enfermeras dentales notificaron que habían considerado la posibilidad de dejar la odontología por completo debido a la pandemia (Dingle y Balmer, 2021). La combinación entre la presencialidad del personal junto con las dificultades de contratación y estabilidad laboral, no sólo ejerce una presión adicional sobre los equipos odontológicos, que ya están al límite, sino que también podría impedir los resultados clínicos deseables para los pacientes. Existen vínculos